No hace mucho asistimos atónitos a la ocupación en Moratalla de Hornachuelos (Córdoba) de un palacio, hoy reconvertido en hotel de lujo, por parte de jornaleros adscritos al sindicato comunista SAT. De nuevo tuvimos que aguantar la risa.
El líder Sanchez Gordillo arremetía contra el latifundismo andaluz que aún persiste (a pesar de que las formaciones de izquierda llevan gobernado en Andalucia un largo periodo, que ya se hace eterno). Los revolucionarios se dieron un paseo por los jardines versallescos del palacio -mientras por los megáfonos les exhortaban sus propios líderes: ¡Aquí no se toca nada, nadie se lleva nada! (hahaha lo que es no confiar ni en sus propias huestes), se dieron un merecido baño en la piscina tras la jornada revolucionaria, se comieron una rica paella, durmieron al raso y a la mañana siguiente: ¡a revolucionar! Después de una jornada filmada y documentada por todos los medios de comunicación, que es precisamente lo que ellos querían: salir de nuevo en la tele.
El Ministerio de Interior afirma que la ocupación fue con el permiso del dueño, que no denunció los hechos.
Pero eso no es todo, a los pocos días, un ex y uno en activo de IU a la cabeza de un grupo de 'parados' fue a Carrefour en Mérida, donde 'expropiaron' cuatro carritos de la compra (¡buff!) y querían salir por la puerta sin pagar para darselo a los necesitados. Tras ver la presencia policial, los carros y su contenido volvieron dentro del hipermercado. Pero de nuevo la revolución roja volvió a salir en televisión.
Nuestros informadores emeritenses nos comentan como varios días antes de los hechos se habían paseado con vehículos por un barrio obrero solicitando la asistencia de la gente a su acto reivindicativo, consiguiendo sólo movilizar un puñado de ociosos fuma porros. ¡Adelante por Marx y Lenin! hahaha!
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