Ya lo profetizaba Carmen Sevilla cuando se refería a los espectadores de televisión como mis ovejitas y es que el ser humano está perdiendo todas sus actitudes y capacidades que lo diferencian del mundo animal doméstico, asemejándose cada vez más a esos bonitos y plácidos animales.
Las personas ya no viven su vida para crecer, ayudar, aprender, servir, amar o disfrutar sino más bien para mostrar un puñado de fotos y comentarios en facebook buscando así la aprovación del resto del redil con un clic en "Me gusta". Sólo viven su vida a través del escaparate de la red social divulgando así su ser y su sentir. Durante su instante de gloria regala al mundo, y también al Big Data, toda la información necesaria para conocerlo mejor de lo que se conoce así mismo el propio usuario. Al fin y al cabo en eso consiste facebook: es un auténtico manantial de información privada que la gente dona desinteresadamente.... simplemente es un medio de control, información y aborregamiento social. Bien usado puede ser útil, ¿pero quiénes son los que le dan buen uso? Pocos en realidad. De hecho, muchos son los expertos que advierten los efectos negativos emocionales, neuronales y adictivos del uso descontrolado de estos espacios de internet.
Dibujo del POW Chris Vochatzer |
Si miramos hacia nuestra propia escena, el panorama no es más halagüeño. En vez de usar las redes sociales como plataforma sana de contacto entre camaradas, difusión de ideas y conocimiento o acercamiento de nuestras posturas al resto de los mortales; nosotros mismos lo usamos como herramienta de enfrentamiento y difamación contra nuestros propios camaradas, esparcimiento de rumores, publicación de estupideces y/o barbaridades que no sólo perjudican al autor sino a la propia escena que representa
Yo soy yo mismo y mi vida es privada, para goce y disfrute de mis seres queridos; prefiero vivir feliz sin preocuparme de tener que publicar lo feliz que soy. Lo siento, no tengo facebook
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