Estación Central de Colonia |
Noche Vieja es tiempo de alegría y buenos deseos para el año entrante pero no fue agradable la noche de Año Nuevo en diversos puntos de Alemania. En las ciudades de Colonia y Hamburgo se produjeron hechos repugnantes, destestables e impropios de hombres. Los hechos se produjeron en los alrededores de la estación central de tren de Colonia así como en un barrio céntrico de Hamburgo.
Grupos de hombres árabes y norteafricanos, de manera organizada y con total impunidad, se dedicaron a acosar sexualmente, manosear, robar e incluso violar a jóvenes alemanas que se desplazaban para celebrar la noche de Año Nuevo. De momento y sólo en Colonia hay casi un centenar de denuncias por acoso sexual y una, al menos, de violación. Las autoridades afirman haber identificado a tres de los atacantes pero no hay detenciones.
Obviamente la sociedad alemana ha puesto el grito en el cielo mientras los políticos que llevan años llenando las calles de las grandes ciudades germanas de extranjeros extraeuropeos muestran su indignación y aseguran que se hará justicia desde sus vigiladas casas de lujo. La alcaldesa de Colonia ha pasado en pocos meses de ser heroina alemana defensora de los refugiados y el multiculturalismo a hacer unas declaraciones algo inoportunas e inapropiadas que posiblemente le pasen factura política.
Estos deplorables hechos son un ejemplo más, de los miles que se podrían citar, del fracaso de la convivencia multicultural que nos han impuesto a los europeos a base de leyes y lavados de cerebro a lo largo de las últimas dos décadas, ¿y ahora qué, señores políticos europeos? ¿Cuántas vejaciones similares tendrá que soportar el ciudadano autóctono de este continente?
Grupos de hombres árabes y norteafricanos, de manera organizada y con total impunidad, se dedicaron a acosar sexualmente, manosear, robar e incluso violar a jóvenes alemanas que se desplazaban para celebrar la noche de Año Nuevo. De momento y sólo en Colonia hay casi un centenar de denuncias por acoso sexual y una, al menos, de violación. Las autoridades afirman haber identificado a tres de los atacantes pero no hay detenciones.
Obviamente la sociedad alemana ha puesto el grito en el cielo mientras los políticos que llevan años llenando las calles de las grandes ciudades germanas de extranjeros extraeuropeos muestran su indignación y aseguran que se hará justicia desde sus vigiladas casas de lujo. La alcaldesa de Colonia ha pasado en pocos meses de ser heroina alemana defensora de los refugiados y el multiculturalismo a hacer unas declaraciones algo inoportunas e inapropiadas que posiblemente le pasen factura política.
Estos deplorables hechos son un ejemplo más, de los miles que se podrían citar, del fracaso de la convivencia multicultural que nos han impuesto a los europeos a base de leyes y lavados de cerebro a lo largo de las últimas dos décadas, ¿y ahora qué, señores políticos europeos? ¿Cuántas vejaciones similares tendrá que soportar el ciudadano autóctono de este continente?
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