jueves, 5 de febrero de 2015

Vidas rotas en el este europeo

  Se me encoge el alma cuando veo a europeos muertos bajo las bombas en Donetsk, me llora el corazón al ver a sus hermanos fallecidos por otras en Mariupol. Los tratados de Minsk se rompen y suenan las armas en el sureste de Ucrania.
  Los ciudadanos que viven allí, ya hablen ucraniano o ruso, se ven envueltos en un conflicto geopolítico de grandes potencias e intereses que lo único que conseguirán es sumirlos en la miseria.
  La revolución naranja de hace diez años fue un fracaso y los hechos del Maidán son otro de peores dimensiones. Ahora Ucrania está gobernada por un empresario y es deudora tanto de Rusia como de la UE. Yanukovich obedecia a Rusia y Poroshenko obedecerá a la UE. No olvidemos que el objetivo de un empresario es obtener beneficios y Ucrania tuvo la oportunidad de votar por un futuro más nacional e independiente. Pero ahora la prioridad de Ucrania debe ser mantener su integridad territorial y conseguir la independencia real y económica tanto de Rusia como de la UE y eso no lo logrará con Poroshenko gobernando.


  Por otro lado el ciudadano rusofono residente en Ucrania debe sacudirse de la propaganda malintencionada que les bombardean los medios de comunicación rusos, que están ligados a los intereses del Estado (lo cual daría para escribir un libro). La II Guerra Mundial es denominada por los medios la Gran Guerra Patriótica y es usada por el gobierno para impregnar al pueblo ruso de un patriotismo antifascista mientras Dmitri Kiselev arremete contra los ucranianos en televisión llamándoles fascistas, asustando y creando una falsa ansiedad a la población rusa en suelo ucraniano.
  Basta ya de mentiras, ucranianos y rusos son pueblos hermanos, eslavos e indoeuropeos. Europa nación.
  En el plano militar, el movimiento ruso pretende ir, creo yo en dos vías: la primera, conseguir el control de area de Deváltsevo, donde se encuentra un nudo de comunicaciones que permitiría ser la punta de lanza para unir los territorios rebeldes de Lugansk y Donetsk, ahora separados; y la segunda conseguir controlar un area costera intentando crear un corredor paralelo al mar hasta llegar a Crimea, región que ha quedado aislada de Rusia, y que fue anexionada por ésta, ya que el estrecho de Kerch (acceso del Mar de Azov al Mar Negro), no es un paso seguro por la climatología invernal.
  El problema geopolítico y estratégico que las potencias han creado en Ucrania como si ésta fuera un tablero de ajedrez no tiene visos de pronta solución y era previsible a la luz de obras como la del hebreo norteamericano Z. Brzezinski 'El gran tablero mundial: la supremacia estadounidense y sus imperativos geoestratégicos'.

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