El Islam en Europa no era una gran preocupación para la opinión pública hasta el mes de enero. Después de estar más de mil años combatiendo a los seguidores de Mahoma, conteníendolos en el Mediterráneo y expulsándolos de los Balcanes hasta la extinción del Imperio Otomano en suelo europeo, ahora nos preocupa el futuro del Islam en nuestro amado continente.
Los charlatanes de Bruselas y en las principales capitales europeas han fomentado y masificado una inmigración extraeuropea que, sinceramente, no era, ni es necesaria. Ahora, el ciudadano de a pie, se desconecta de Gran Hermano y la liga de fútbol y se pregunta sino es un problema. Ahora que los atentados de París y la obra de Houellebecq -en que un hipotético partido musulmán gana las elecciones francesas- han desatado un debate en el seno de la sociedad gala, pero nuestro gran problema son la pandilla de desalmados y sinvergüenzas que nos gobiernan en nuestros distintos países, todos obedientes al mundo financiero.
Los charlatanes de Bruselas y en las principales capitales europeas han fomentado y masificado una inmigración extraeuropea que, sinceramente, no era, ni es necesaria. Ahora, el ciudadano de a pie, se desconecta de Gran Hermano y la liga de fútbol y se pregunta sino es un problema. Ahora que los atentados de París y la obra de Houellebecq -en que un hipotético partido musulmán gana las elecciones francesas- han desatado un debate en el seno de la sociedad gala, pero nuestro gran problema son la pandilla de desalmados y sinvergüenzas que nos gobiernan en nuestros distintos países, todos obedientes al mundo financiero.
Señores, seamos realistas: la convivencia con el Islam en Europa es imposible y no es que lo diga yo, una marea de intelectuales, escritores y personas mucho más inteligentes que yo lo afirman. Recientemente el filosofo francés Yves Michaud señalaba a un medio español: "Hoy tenemos el desafio de las culturas islámicas: son valores imcompatibles con los nuestros". Este hombre lleva años estudiando la inmigración musulmana en Francia y asegura que la creación de un partido musulmán en el país galo es ineviable e inminente ya que las generaciones musulmanas más jóvenes no se sienten europeos, lo que es lógico, y buscan reglas dentro del marco de su religión, lo que fomenta el radicalismo.
Este breve texto no es un alegato contra el Islam; creo que como religión puede y debe desarrollarse pero en el espacio geopolítico que le corresponde: de Lampedusa al sur y de Chipre al sudeste. No podemos en Europa permitirnos el lujo de ser colonia económica de chinos y americanos y, por añadidura, colonia para el desarrollo del Islam. Coherencia y sentido común, por favor.
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