Syriza, encabezado por Alexis Tsipras, ganó la elecciones presidenciales griegas del día 25. Era el colofón a una victoria anunciada, alentada, como en España sucede con Podemos por la desesperación de los ciudadanos y por el empuje de los medios de comunicación. Tras Syriza, Partido de Izquierda Radical, con el 36'3 % de los votos, la derechista Nueva Democracia con un 27'8 % y a más distancia Amanecer Dorado con un 6'3, quizás la sorpresa de estas elecciones ya que este partido griego tiene a la mayor parte de su cúpula encarcelada de manera totalmente ilegal. A pesar de la represión sufrida y la mutilación de su presupuesto, que legalmente le pertenece como partido con representación parlamentaria, gracias a miembros y simpatizantes el empuje de este partido sigue vivo.
Actualmente con Tsipras y Varoufakis, nuevo ministro de Finanzas griegos, ensalzado como héroe por los medios, están de gira para dar a conocer su óptica y sus propuestas a sus socios europeos; a pesar de frases bonitas y gestos heroicos, mucho me temo, para desgracia de los ciudadanos griegos, que las deudas hay que pagarlas y que los mercados, el Banco Central Europeo y demás jauría de perros no dejarán el 'hueso' griego hasta haberlo dejado bien lamido.
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