EI pierde pero gana

  El pasado mes de Enero cayó Kobane, la ciudad siria junto a la frontera turca, bastión de la resistencia kurda frente al Estado Islámico, tras más de cuatro meses de combates. Esta desconocida ciudad ha sido protagonista de los combates más feroces desde que existe el EI, a cuyas tropas ha costado más de mil bajas y donde los países de la coalición han efectuado más de seiscientos bombardeos.
  El EI pierde Kobane pero no sus alrededores y es que a este Estado de mal nacidos le conviene compartir cuántos más kilómetros de frontera turca mejor por donde efectúa la salida de ventas de petróleo a través del mercado negro turco, que hoy por hoy supone su mayor fuente de ingresos, ya que vende el barril a practicamente la mitad de lo que está en el mercado, lo que le supone un beneficio, según estudios publicados, de dos millones de dólares diarios, con una producción estimada de entre 50 y 60 mil barriles diarios. Actualmente EI controla desde Akcakale hasta Ceylanpinar, así que la pérdida de Kobane no es una derrota total en el gigantesco mapa sirio-iraquí.

  Y si el EI pierde un poco de terreno en Siria, sólo Kobane por qué avanza en  el centro y el oeste, y avanza en Irak donde, a mediados de febrero, termina de controlar casi la totalidad de la rica región petrolífera de Al Anbar, frontera con Siria. Si uno consulta mapas de la región el EI controla practicamente las cuencas de los importantísimos ríos Tigris y Eufrates, desde su entrada en Siria e Irak hasta practicamente la región circundante en Bagdad, así como la fundamental presa de Mosul en el río Tigris y la presa de Haditha en el Eufrates.
  Así que queda patente que la multitud de bombardeos y todas las reuniones de los países de la coalición  liderada por EEUU sirven de bien poco sobre el terreno, por qué en realidad ¿se quiere erradicar realmente al EI?