domingo, 8 de marzo de 2020

El campo se muere

Los agricultores están mostrando desde enero su descontento por la situación de los precios de los productos agrícolas en los últimos años que están ya por debajo del coste de producción; desde luego lo primero hay que decir que han tenido mucha paciencia.
  Pero lo que me ha resultado muy curioso es la estrategía huelguista de los sindicatos agrarios, con huelgas de carácter provincial y si coinciden varias simultaneamente, son en lugares muy lejanos. Huelga en Granada y Pamplona el mismo día, en Córdoba y La Coruña, en Mérida y Almería.... en fin que las huelgas consiguen salir en las noticias brevemente y molestar al ciudadano con cortes de carreteras puntuales.
  Los agricultores son víctimas de sus politizados sindicatos y no conseguirán nada por ese camino, ya que su gran problema se llama globalización y si los políticos españoles hubieran votado en el Parlamento europeo en contra de la entrada de productos agrícolas extraeuropeos (Suráfrica o Marruecos por citar algunos) como países asociados a la UE pues quizás el problema sería menor.
  Sea como fuere la agrícultura y la ganadería tal y como la conocemos hoy está a punto de desaparecer; la falsa culpabilidad en el cambio climático, la irrupción de grandes grupos financieros en agricultura, la agitación animalista o la carne de proteina vegetal en manos de grandes corporaciones harán que poco a poco el medio de vida rural se desvanezca en el pasado. La cuestión es multidisciplinar y uno de sus  puntos de inflexión estuvo en la crisis económica de 2008 cuando las grandes finanzas desviaron sus recursos hacia sectores más seguros, como el alimentario. El ser humano que el sistema desea es el que vive en grandes ciudades, consume sin pensar y no se queja... y ciertamente va camino de conseguirlo.

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