martes, 24 de julio de 2012

Europa Multicultural

Como casi todos los males de nuestra era el multiculturalismo es una 'doctrina' proveniente de EE.UU, protectora de la libertad y la democracia a ojos del ciego mundo. En la aldea global en la que el capitalismo sionista pretende convertir, o mejor dicho, ha convertido este planeta; la identidad étnico cultural europea está totalmente asediada y combatida en su propio suelo, ya no sólo por la inclusión de culturas africanas y asiáticas en nuestra tierra, sino por los medios, las modas u otras tretas del sistema.

La idea americana del multiculturalismo nació para acabar con la peligrosa supremacia blanca, anglosajona y cristiana, orientándose paulatinamente a inculcar el sentimiento americano a negros, asiáticos, musulmanes o suramericanos sin renunciar a su identidad de minoría, ¡menuda teoría! y ahora transcurridos cincuenta años, ¿quién es la minoría? ¿Quién no tiene identidad?

En Europa hacia los ochenta se comenzó con una potente campaña pro mestizaje; en España, por ejemplo recordemos la canción, más tarde fundación, 'Contaminame'. Pero claro, eran las propias minorías las que no querían mezclarse con los europeos. De ahí, en varias décadas, se ha pasado al multiculturalismo, es decir: son muchos, viven en este país y exijen que su identidad cultural sea reconocida, organizándose con sus propias reglas.


Mientras a los europeos se nos empuja a una confrontación entre nosotros mismos a través de los nacionalismos centrípetos, por ejemplo, entre valones y flamencos, bretones y franceses o castellanos y catalanes. Gracias a las izquierdas separatistas a los blancos europeos se nos asusa hacia un conflicto intereuropeo (en vez de entendernos, respetarnos y apoyarnos), mientras se nos impone por ley la obligación de respetar las culturas extraeuropeas, se multiplican los guetos de extranjeros en toda Europa y se imponen, por ejemplo, el velo islámico en Francia, la violencia contra blancos en Reino Unido o el reconocimiento legal del Corán y su dogma en Alemania (en un caso en que una jueza -Christ Datz Winter, reconoce el derecho del hombre sobre la mujer en un caso de violencia doméstica).

Y no es que yo esté en contra de las culturas del mundo, pero es que logicamente, cada una debe desarrollarse en su espacio geopolitico, sin interferir ni socabar, en otras. Buen ejemplo de ello es Bélgica, mientras flamencos y valones no llegan a entenderse, el Estado retira todas las fiestas cristianas, excepto la Navidad, en las escuelas para no ofender a los estudiantes musulmanes.... en un país donde, en ciudades como Bruselas, el año pasado el nombre más común en los nuevos nacimientos era Mohamed.

A pesar de que personajes como Merkel -sin comentario-; Alain Touraine (Premio Principe de Asturias 2010) o Yves Leterme (ex primer ministro belga) ya han declarado publicamente que la Europa multicultural es inviable parece que sólo los despreciables fascistas nos damos cuenta de ello y estamos dispuestos a presentar nuestros argumentos abiertamente a la opinión pública. ¡Frente al mundo global, una Europa socialista y nacional!

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