Este país da para mucho así que no ha sido sorprendente la sentencia judicial que recientemente ha dictaminado un juez contra un anciano de 83, Jacinto, por matar a un ladrón dentro de su hogar en Arafo (Tenerife).
Los hechos ocurrieron en 2015 cuando dos ladrones entraron en la casa de Jacinto y su esposa, a quienes golpearon con saña además de romper los huesos de la mano de la señora con la puerta para conseguir que los ancianos confesaran donde tenían el dinero y los objetos de valor. Así mismo los asaltantes encañonaron a Jacinto con un arma -que finalmente resultó ser simulada- en la sien. Jacinto les dijo que iría al dormitorio a por el dinero pero cogió un revolver que guardaba bajo llave volviendo donde se encontraban los asaltantes y efectuando primero un disparo intimidatorio y luego otro sobre uno de los ladrones que resultó muerto.
Ahora la justicia condena a este anciano a dos años y medio de cárcel y veinte mil euros de indemnización para la madre del ladrón fallecido en un fallo judicial totalmente incoherente, que no tiene en cuenta ni la edad del demandado ni las circunstancias y la angustia vividas aquella noche.
Este caso es exactamente igual al ocurrido este mismo año en Porreres, Mallorca, donde un anciano de 77 años que había sido golpeado por dos ladrones colombianos en su propio hogar, consiguió hacerse con su escopeta de caza de abatir a uno de ellos durante el segundo robo que sufrían en tres meses. Ahora este hombre, Pau, ha sido imputado por homicidio.
La justicia española es el mundo al revés.
Los hechos ocurrieron en 2015 cuando dos ladrones entraron en la casa de Jacinto y su esposa, a quienes golpearon con saña además de romper los huesos de la mano de la señora con la puerta para conseguir que los ancianos confesaran donde tenían el dinero y los objetos de valor. Así mismo los asaltantes encañonaron a Jacinto con un arma -que finalmente resultó ser simulada- en la sien. Jacinto les dijo que iría al dormitorio a por el dinero pero cogió un revolver que guardaba bajo llave volviendo donde se encontraban los asaltantes y efectuando primero un disparo intimidatorio y luego otro sobre uno de los ladrones que resultó muerto.
Ahora la justicia condena a este anciano a dos años y medio de cárcel y veinte mil euros de indemnización para la madre del ladrón fallecido en un fallo judicial totalmente incoherente, que no tiene en cuenta ni la edad del demandado ni las circunstancias y la angustia vividas aquella noche.
Este caso es exactamente igual al ocurrido este mismo año en Porreres, Mallorca, donde un anciano de 77 años que había sido golpeado por dos ladrones colombianos en su propio hogar, consiguió hacerse con su escopeta de caza de abatir a uno de ellos durante el segundo robo que sufrían en tres meses. Ahora este hombre, Pau, ha sido imputado por homicidio.
La justicia española es el mundo al revés.
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