¡Qué recambolescos acontecimientos los de Egipto! Nos ponemos en antecedentes. Espoleada por la primavera árabe se precipita la caída de Mubarak y un gobierno de transición convoca unas elecciones democráticas como suspiraban los países occidentales.
Paradojicamente esas elecciones las ganó holgadamente el grupo Hermanos Musulmanes, islamistas moderados, que contó con un gran apoyo popular gracias a sus acciones sociales en un país venido a menos por la crisis global, con algunas peculiaridades nacionales.
Con el nuevo presidente Morsi a la cabeza se comienzan a promulgar leyes que controlesn especialmente al periodismo y a la justicia, lo cual repercute internacionalmente provocando las quejas de las democracias y tampoco pasa desapercibido a su vecino del noreste. ¿Acaso en nuestras benditas democracias occidentales o en Rusia la justicia y el periodismo no están bajo el yugo del poder financiero y por defecto del poder político?
Sea como fuere, se produce un golpe de estado militar liderado por el general Al Sisi que derroca un gobierno que ha sido elegido por el pueblo egipcio. Lejos de mostrar su disconformidad el mundo mira y calla, los organismos supranacionales miran y callan.
En julio de 2013 se producen manifestaciones que piden la restitución del gobierno del derrocado Morsi pero éstas son disueltas violentamente en la plaza Al Nahda o en Al Adauiya.
Curiosamente a las pocas semanas del golpe de estado, EEUU desbloqueó las millonarias ayudas al ejército egipcio, uno de los más potentes de África, ¿creían ustedes que Israel toleraría que su vecino del sur fuese gobernado por islamistas moderados que sin dudarlo ayudarían al fronterizo Gaza?
Al Sisi abandona el ejército para sumergirse en la política y en otras elecciones, donde los Hermanos Musulmanes son vetados y prohibidos, consigue hacerse con el poder y se forma un gobierno con las mismas estructuras y caras conocidas de la era Mubarak.... ¿tras varios años de conflicto ha cambiado algo en Egipto? Al Sisi, un golpista, presidente con el beneplácito de EEUU, Israel y el mundo democrático.
General Al Sisi |
Primero se declaró a los Hermanos Musulmanes como organización terrorista para tener una base jurídica y a mediados de este mes de abril empezaron a salir las sentencias contra los líderes de dicha organización:
Mohamed Badie, líder de la organización y otros catorce miembros de la cúpula han sido condenados a muerte; Morsi, expresidente a veinte años de prisión; además de treinta y siete cadenas perpetuas y otras sesenta y cuatro sentencias sólo en abril.
Si echamos la vista atrás, en 2014 hubo 1.450 condenas a muerte de mimebros de los Hermanos Musulmanes y desde julio de 2013 han muerto en torno a tres mil. Además hay cuarenta mil miembros del grupo encarcelados en lo que es una brutal represión que persigue la destrucción total de la organización. Ésta está acostumbrada a la clandestinidad como en tiempos de Mubarak pero muchos analistas vaticinan una radicalización -merced al Estado Islámico- politico religiosa de una masa que ha quedado huérfana de líderes e ideas.
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