Los resultados del primero, de los dos referenduns, que se ha celebrado en Egipto da carta blanca al presidente Mursi para modificar la constitución, según como ha sido ideada por los islamistas.
Esta primera consulta da, con un 56'5% de los votos, el apoyo a la nueva carta magna y al presidente M. Mursi, que vería blindados sus poderes por encima del judicial, que por cierto, ha boicoteado la consulta, por lo que ha tenido que hacerse en dos fases. Siendo la próxima el 22 de diciembre.
Poco a poco el nuevo presidente democrático está consiguiendo acaparar mucho más poder del que jamás tuvo Mubarak, derrocado y humillado en la denominada primavera árabe.
Al poco tiempo de llegar al poder, Mursi descabezó las altas esferas militares, que habían tenido el poder hasta las primeras elecciones post-Mubarak, por supuesto los nuevos cargos serían mucho más dóciles para el presidente. Luego, en agosto, la cámara del Parlamento que domina su partido cambió a la mayoría de los directores de los diarios nacionales, además los medios críticos con Mursi fueron eliminados, como el periódico Al Dustur, cuyo director fue encarcelado, y la cadena de televisión Al Farain, suspendida durante un mes y con un proceso judicial en vista. Es decir, a los pocos meses de llegar al poder, puso de su parte al ejército y a los medios.
Es el turno del poder judicial y constitucional, que es lo que los egipcios se están jugando en estos dos referenduns, tras una oleada de protestas, represión y enfrentamientos entre detractores y seguidores de Mursi. Tras la revolución antiMubarak y pro democrática la economía del país no ha mejorado, ni mucho menos y el turismo, base fundamental de los ingresos del país, no se ha recuperado. La calle está enrarecida y personalmente no me extrañaría que el año que viene viesemos aumentar la violencia entre las dos claras facciones que hoy hay en Egipto.
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