The Prospect Magazine publicó un interesante artículo en Noviembre de 2010 donde el profesor de la Universidad de Oxford, el Sr. David Coleman, alerta sobre el giro que dará la población británica en los próximos cincuenta años. El gobierno de Cameron prometió rebajar la inmigración extracomunitaria, cosa realmente dificil tras el tsunami de críticas que ello ha generado.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas, 180.000 extranjeros se trasladan anualmente a Reino Unido. A ese ritmo en poco más de medio siglo el ciudadano británico autóctono supondrá menos del 50 % de la población.
Según los datos del Sr. Coleman la población blanca británica caería del (dudoso) 80% actual al 59 % en 2051. Manteniéndose la tendencia sería menos del 50 % en 2066. Los estudios de Coleman cifran en 77 millones la población británica en 2051, de los cuales el 31 % serían de las llamadas minorías étnicas, un 10 % de inmigrantes blancos y el 59 %, como ya hemos dicho, británicos autóctonos.
Este viraje en la demografía británica, alimentado por el capitalismo, desde el punto de vista cultural, politico, económico y religioso será un desastre. Desde luego el conflicto racial y, especialmente, religioso, en lo relativo al islamismo, está servido. Esto no lo dice el Sr. Coleman, lo digo yo, y no hay que ser muy listo para darse cuenta de ello.
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