Estoy sentado en un banco del parque al lado de dos escuálidos ancianos que vegetan apoyados en sus bastones. Justo en frente está la entrada de un gimnasio, donde al marcar una hora en punto, empieza un continuo hormigueo de ir y venir de personas, coches,.... Uno de los ancianos se gira hacia mi y dice:
"Cuando yo era joven para estar en forma nos levantabamos al salir el sol y estabamos trabajando hasta que se ponía, comíamos poco y reíamos mucho. Ahora la gente ríe poco, come demasiado y necesita máquinas para estar en forma".
Moraleja: Hazle caso a los viejos, que saben más que tú
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