Nos hallamos ante la mejor obra de género picaresco, con permiso de El Lazarillo de Tormes, de la historia de la literatura castellana. Género potenciado durante el Siglo de Oro, Quevedo nos cuenta la historia de Pablos, en primera persona -recurso muy usado en dicho género- desde los orígenes familiares.
Numerosas aventuras acontecen al joven desde la escuela -las más divertidas bajo mi punto de vista- hasta que entra a trabajar al servicio de Don Diego Coronel con quién marcha a estudiar a Alcalá, donde Pablos definitivamente y empujado por el hambre se convierte en un pícaro con sus primeros hurtos. De ahí regresa a Segovia, su tierra natal, en un viaje donde encuentra varios personajes esperpénticos. Cobra una herencia y se va a Madrid, donde cuenta mil mentiras y le sucenden muchas aventuras, teniendo que irse finalmente con destino a Sevilla. Pero en una noche de borrachera, en compañia de unos amigos, matan a dos agentes de la justicia, por lo cual Pablos decide huir a America, junto a su pareja, una prostituta.
La lecura requiere una concentración supina puesto que fue escrito hace casi cuatrocientos años y el castellano de aquel entonces no es el de ahora y el texto está plagado de expresiones antiguas y palabras que precisan consulta. La edición que yo he leido no tiene notas ni apuntes explicatorios a las múltiples interrogantes que surgen durante su lectura y por eso tiene, para mí, más valor. Magnífica obra.
La lecura requiere una concentración supina puesto que fue escrito hace casi cuatrocientos años y el castellano de aquel entonces no es el de ahora y el texto está plagado de expresiones antiguas y palabras que precisan consulta. La edición que yo he leido no tiene notas ni apuntes explicatorios a las múltiples interrogantes que surgen durante su lectura y por eso tiene, para mí, más valor. Magnífica obra.
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