Historicamente demostrado es que con el comunismo no se puede negociar, menos aún con un grupo terrorista de ese signo político. Bajo mi punto de vista el asesinato en una emboscada de 17 militares colombianos en el norte del país -aunque algunos medios apuntan al ELN- y de otros cuatro en enfrentamientos en el sur no deja lugar a dudas: a las FARC les importan un pimiento las negociaciones de paz. Ni hablamos pues del secuestro de un ciudadano americano, habiendo prometido hace un año el fin de los secuestros por parte de la guerrilla (aunque hacen bien en desconfiar del tio Sam).
El comunismo siempre se ha basado en la mentira.
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