Aaron era un niño normal de nueve años de edad que durante meses tuvo que soportar el acoso de un grupo de compañeros asiáticos en su colegio de Birmingham por el simple hecho de ser blanco hasta que no pudo aguantar más y acabó suicidándose en su dormitorio el pasado mes de febrero.
Aaron tuvo que soportar actos como que le pusieran un cuchillo de plástico en el cuello acompañado de la frase 'Mañana será de verdad' o comentarios como 'Deberías estar muerto como todos lo blancos'. La dirección del colegio, con un 75 % de alumnos extranjeros, afirma que el problema ya había sido solucionado.
La muerte de Aaron no debe ser en vano, ¿vamos a ser los europeos perseguidos en nuestra propia tierra por ser blancos? ¡Aaron Dugmore, descansa en paz!
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