De nuevo en la palestra un tema olvidado que está hoy muy vivo. El Herald Tribune habla de una serie de ataques contra los sistemas informáticos de la industria petrolera saudí (la empresa estatal Aramco) y grupos financieros norteamericanos (impidiendo el acceso online a diversos bancos) a finales de Octubre. El rotativo americano señala claramente a Irán como el causante... pero todo empieza mucho antes.
La ciberguerra contra Irán comenzó de la mano de EE.UU e Israel durante la presidencia de Bush hijo. De esta eterna alianza salió su primer producto conocido, el virus informático Stuxnet, que entorpeció y perturbó las instalaciones nucleares iraníes durante los últimos años de la pasada década; pero fue descubierto en la central de Natanz en el verano de 2010. Pero Irán aprendió la lección y empezó a crear una unidad del ejército, dirigida por el general Gholamreza Jalali, dedicada única y exclusivamente a la guerra en el ciberespacio, es su respuesta a las continuas agresiones desde Israel y EE.UU.
Obama, Premio Nobel de la Paz, ratificó la ciberguerra, que la CIA y el Pentagono, denominan como 'Olimpic Games' y según cita The New York Times Obama "ordenó en secreto un aumento de ataques sofisticados a los sistemas informáticos de las factorías iraníes de enriquecimiento de uranio, expandiendo así de modo significativo el uso por Estados Unidos de ciberarmas". Bajo mandato del Premio Nobel de la Paz se creó en 2009 Uscybercom, con sede en Fort Meade y dirigido por el general Keith B. Alexander, es el nombre de las unidades ciberespaciales del ejército norteamericano que cuenta con siete mil personas a su servicio.
En Mayo de 2012 Irán anunció que había localizado el virus más maligno jamás conocido, su nombre es Flame y llevaba dos años actuando en los ordenadores iraníes. Flame es un conjunto de programas que realiza diversas tareas de espionaje y sabotaje como grabar conversaciones, control remoto sobre un ordenador, bluetooth que capta los telefonos móviles próximos, copia y transmite datos a distancia, se van continuamente actualizando y es indetectable por los antivirus hoy existentes. Según el laboratiorio ruso de E. Kaspersky el virus Flame puede afectar a servicios civiles como industria energética, redes bancarias o tráfico aereo.
Para un más amplio conocimiento del tema se puede consultar 'Guerra en la red' de Richard A. Clarke, publicado en castellano por la editorial Ariel (2011), donde se profetiza una tercera guerra mundial en el ciberespacio donde hay países como EE.UU, Israel, China y Rusia que ya se están preparando.